Sé que lees mi blog. Al menos eso hacías la última vez que nos peleamos. Y voy a escribirte por acá, porque se me hace muchísimo más fácil, y porque ésto no es sólo para vos, es para mí.
Te extraño. Te extraño muchísimo. Pienso en vos, o escucho algo que me haga acordar a vos y se me llenan los ojos de lágrimas, y ahora miro para abajo para que mi vieja no me vea llorar. Pero no puedo soportar más toda ésta mierda que te hacía tratarme re bien un día y hacerme sentir como la mierda el siguiente, y estar en completa duda de qué mierda te pasa, de si eso de que me amás y que te importo es verdad, o si me hablas nada más porque mandarme a la mierda otra vez te daba mucha lástima. Después de contarle cosas sobre mí a personas que me odiaban no debería ni haberte dirigido la palabra nunca más, pero no puedo, porque fuiste mi primera amiga, y la primera persona que me hizo sentir bien conmigo mismo. Fuiste mi hermana. Me entendiste completamente y estuviste cuando no tenía a nadie. Y de repente dejaste de estar. No sé que nos pasó, que te pasó, o que me pasó, pero pasó algo, y dejamos de ser lo mismo de antes, me decías todo el tiempo que no podías confiar en mi. ¿No podías confiar en mí porque yo era indigno de tu confianza o porque dejaste de tener ese sentimiento de confianza absoluta que teníamos? Siempre creí que nunca nos ibamos a pelear, pasamos por tantas cosas sin pelearnos que ahora pelearnos por estupideces me parece tan poco real que tengo ganas de despertarme de este sueño de mierda y volver a hablarte. Quiero abrazarte y que me hagas sentir bien otra vez como sólo vos podías hacer, decirme exacto lo que necesitaba escuchar, y saber que estoy mal sin que te diga nada. Extraño tantas cosas de vos, demasiadas. Y ahora nos peleamos otra vez, pero ésta vez yo decidí enojarme con vos. Porque vi venir que en cualquier momento nos peleábamos, y no podía soportar que seas vos la que me dejes de hablar sin razón, no quería volver a pasar por lo mismo. Y eso último que me dijiste fue tan hiriente que todavía siento un cuchillo clavado en la espalda, y quiero que me lo saques, y que me prometas que nunca vas a volver a mutilarme, o al menos no voluntariamente. Te dije que te mueras, te dije que me harté de vos, para que reacciones, para que te des cuenta que me lastimaste, pero ni siquiera me respondiste. Seré un estúpido. Soy un estúpido. Pero no sabía como hacer para volver a hacer que todo sea como antes. Tengo miedo, no te quiero perder, me estoy hundiendo cada vez más y no sé como sacar la cabeza del agua. No sé si me vas a responder, no sé si te va a afectar ésto, ni siquiera sé si lo vas a leer. Sólo quiero decirte que te amo. Te amo muchísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario